martes, 5 de abril de 2011

Crónica de la Aventura de la Patrulla Buey. 2 de marzo

El pasado sábado, tal y como estaba previsto, la Patrulla Buey volvió a unirse para otra aventura, de la Asociación de Amigos de los Exploradores de Lorca.

La hora elegida para la concentración, de 18:00 h. a 18:30 h. en la Gasolinera de B.P. (Badén Powell versus Brithish Petroleum), el lugar el Parque Regional de Sierra Espuña, el equipaje: una mochila, unas botas, y la ilusión por compartir una marcha, una ruta.

Así y a la hora prevista nos dimos cita, en un primer lugar 10 participantes, aunque más tarde se incorporaría un 11 participante.

Los participantes en esta aventura fueron: Antonio, Juan, Toni, Juanfra, Encarna y Clemente, Javier, Andres, Enrique, Paco, y yo mismo.

Sin prisa pero sin pausa, y montados en los coches, haciendo recuento de utensilios, encargos, horarios, nos pusimos marcha hacia Finca Caruana, en los limites del Parque Regional de Sierra Espuña.

A los 25 minutos, sobre las 19:45 h. estábamos saludando a nuestros anfitriones de Caruana, tras hablar unos breves momentos y tras comprobar que todo estaba preparado: tanto la zona de acampada como las hornillas para preparar el Buey.

Dos de los integrantes, Andrés y Enrique, se ofrecieron para preparar las brasas mientras los demás realizábamos la Marcha desde Caruana hasta la Zona Recreativa de Las Alquerías (dentro del parque), con lo que el grupo de andadores estaba compuesto por 8 personas.


Con la bajada del sol, comenzamos a caminar por el sendero que va encima de la canalización de agua que llega a la “Balsa Grande”, en apenas 40 minutos estábamos vislumbrando el Restaurante “Los Donceles” en Las Alquerías, gestionado por nuestro amigo Ramón, que a pesar de acabar de cerrar nos ofreció un refresco para tomar el aliento.


Tras una media hora de conversación sobre el Parque Regional, los recortes económicos, el sentido común, etc., etc., nos despedimos de Ramón para comenzar la vuelta a Caruana, el sol ya había caído y nos esperaba una vuelta rodeados de oscuridad, solo algunas linternas alumbraban el camino.
Sobre las 22:10 h. hacíamos entrada de nuevo en Finca Caruana, nos dirigimos a nuestra zona de acampada y comprobamos que teníamos todo lo necesario para comernos el Buey tras la caminata: Ajos tiernos, habas, guisantes, platos, cubiertos, vasos de cristal, embutido casero (Clemente y Encarna), y como no los chuletones de buey y las costillas de cordero.


Poco a poco se fue conformando la mesa: los platos, el aperitivo, el pan, los tomates, las olivas para la ensalada, etc. cada uno fue aportando su grano de arena para preparar la mesa, y comenzamos a asar los filetes, en su punto, pocos hechos, y pasados.

Un buen ambiente, conversación, anécdotas, una buena mesa que hizo que se pasara el tiempo volando, recogimos en un minuto para sacar la bandeja de dulces con la que Javi, El Retaco nos obsequio.

Continuamos la conversación, las anécdotas de años anteriores, de muchos años, demasiados años quizás, con risas, carcajadas, hasta que poco a poco fuimos desapareciendo para dormir en una tienda de campaña, como otras muchas noches, como hace muchas noches.

La noche transcurrió tranquila, con una extraña calma que fue rota por una ventolera casi al amanecer.

Nos despertaron los pájaros, sus cantos que anunciaban la mañana, que anunciaban otro día, así a las 09:30 h. ya estábamos todos de pie, con ganas de tomarnos el desayuno antes de partir.

Pusimos fin a la aventura con un buen desayuno, con el reparto de gastos de la aventura, y con las fotografías de los 11 participantes en la aventura.

Así, y algunos con prisas por poder asistir al Anuncio del Paso Azul para las procesiones, nos dimos cita para después de Semana Santa, con alguna otra aventura, con otra nueva actividad.

Y así entre un perfecto ambiente transcurrió nuestra pequeña aventura: el empeño de intentar de que la llama continué encendida.


Buena Caza.

Fco Perán Albarracín.